Comencé por marcar en el pasto la forma que el huerto iba a tener y después de eso quité el pasto con una pala. No parece difícil, pero ese paso fue uno de los más cansados y hartantes de la construcción.
Al terminar de marcas y quitar el pasto, traté de eliminar las piedras que había en la tierra y empecé a hacer unas estacas de madera para poder sujetar las tablas de forma vertical. Las estacas las saqué de un estacionamiento lleno de basura y los corté con una caladora. Para clavarlas en el piso tuve que pegarles con un martillo de goma:
Al finalizar las estacas, medí por últimas vez las distancias que necesitaba de madera y las corté con la caladora. Después de eso sujeté las tablas a las estacas que había clavado y, en las esquinas, atornillé los ángulos que había hecho previamente. Así es como quedó el primer huerto, que hice en el jardín de mi abuela:
Una vez acabando este huerto, fui a mi jardín para comenzar el segundo, que iba a ser aun más grande :)
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